"...COMO VOSOTROS NO ÍBAIS, VENGO YO"
Del 9 al 17 del mes de noviembre pasado nos visitó el padre Jaroslav Wisnievski, joven sacerdote polaco que desempena su labor misionera en el sur de Rusia, con el que un grupo de voluntarios de GAM-Tepeyac venimos colaborando desde hace cuatro anos (V. Estar nos 114 y 120). La visita, aunque ha sido corta ha resultado muy interesante.
El verano pasado el padre Jaroslav esperaba con muchas ganas la llegada del grupo de voluntarios de GAM-Tepeyac, pero cuando le confirmamos que no iba a ser posible, quedó un poco desilusionado (durante los dos últimos veranos no hemos podido acudir debido al conflicto bélico en Chechenia y a problemas laborales y de estudios). Al hablar con nuestro amigo Emilio Benedetti, S.J., también colaborador incansable del padre, surgió la idea de preparar un viaje para que viniera el padre a Espana. Lo que se pretendió era, en primer lugar, que le sirviese al padre de descanso, pues sus ocupaciones le obligan a dormir y comer poco; en segundo lugar, que se pudiera sentir directamente apoyado y arropado, pues en muchas ocasiones, entre aquellas gentes, se siente sólo e incomprendido; y por último, conseguir ayuda material, económica y humana, que le es de gran necesidad.
Desde finales de agosto iniciamos los contactos con parroquias, colegios mayores, capellanes de facultades, hogares, etc, para que nos permitieran realizar algún acto en beneficio de la labor misionera del padre en Rusia, principalmente una proyección-testimonio.
Su estancia, que iba haber sido de 20 días, tuvo que reducirse a 8, por mucho que nos pesase, porque si no le suponía estar sin atender a sus parroquias más de un mes, porque a pesar de que nos encargamos de costearle el viaje en avión, él insistió en venir en autocar para que su viaje no resultara tan costoso.
Llegaba a Madrid el 9 de noviembre, festividad de la Virgen de la Almudena, patrona de Madrid. Visitamos la Catedral. Estuvimos unos minutos orando y pusimos en manos de la Virgen los frutos de este viaje y la misión de la Iglesia Católica en los Países del Este. Salimos de la catedral reconfortados, y empezó a producirse la primera de las múltiples casualidades con las que nos hemos topado durante estos días. Al pasear por la plaza de la Armería nos pregunta, indicando a una persona, si era el Arzobispo de Madrid, Mons. Antonio María Rouco. Efectivamente resultaba ser él. Nos dirigimos a Mons. Rouco y, tras las presentaciones, le explicamos brevemente el motivo del viaje del padre Jaroslav a Espana. Tras este pequeno e inesperado encuentro, el padre nos dice sonriente: '?véis cómo habéis conseguido la entrevista con el senor Arzobispo, aunque haya sido breve?' (en los meses anteriores habíamos tratado de concertar una entrevista con Monsenor Rouco pero no pudo ser posible por lo apretado de su agenda).
En otras ocasiones nos ha surgido casi espontáneamente entrevistas como, por ejemplo, las mantenidas con el D. José Sánchez, Secretario de la Conferencia Episcopal o con D. J.Ma Sánchez, Director en Espana de Ayuda a la Iglesia Necesitada, mostrando en todos los casos gran interés por la situación de la Iglesia Católica en Rusia.
Al día siguiente acudimos a la parroquia de S. Ignacio de Loyola, en Torrelodones. D. José Ramón, el párroco, nos brindó una calurosa acogida. Primeramente concelebró en la Eucaristía y al término de la misma el padre Jaroslav, con el complemento de una proyección de diapositivas, fue explicando, en inglés, su labor misionera (mientras alguno de nosotros le traducíamos al espanol) el devenir histórico de la Iglesia Católica en Rusia y la difícil situación que está viviendo la sociedad rusa.
Posteriormente visitamos a una familia amiga de Emilio Benedetti y a la familia de Ramón -uno de los voluntarios que ha estado en Rusia-, disfrutando en ambos casos de unos momentos entranables.
El miércoles día 13 acudimos al Centro Juvenil de Móstoles, donde Juan Luis Benito y los Hogares de Santa María nos recibieron fenomenalmente. Posteriormente nos dirigimos a la casa de los jesuitas de la calle Almagro, donde mantuvo junto con Emilio, una conversación con la comunidad de jesuitas, entre los que se encontraba el ???Padre Provincial de Espana???
Al día siguiente, gracias al buen hacer de José Luis Menéndez estuvimos en la parroquia S. Clemente Romano. Posteriormente visitamos al párroco de Santa María de Caná, D. Jesús, donde surgió, entre otras cosas, la posibilidad de enviar a Rusia la actual iglesia prefabricada una vez construida aquí la definitiva.
En dos ocasiones el padre tuvo la oportunidad de compartir sus experiencias con los universitarios madrilenos en las Escuelas Superiores de Ingenieros de Caminos y en la de Montes, donde los jóvenes mostraron un gran interés por las dificultades que está atravesando la sociedad rusa y, en particular, los jóvenes.
También ha tenido distintos encuentros en el Seminario de Madrid, lugar en el que se hospedó el padre durante su estancia en Madrid. A D. Andrés, su rector, y a la comunidad agradecemos de todo corazón su hospitalidad y todas las facilidades dadas. Un detalle que tuvieron un grupo de seminaristas, al ver el estado deteriorado de la sotana del padre, fue regalarle una nueva, tomándole las medidas sin que el se diera cuenta. En una ocasión el padre, agradeciéndoles todo lo que estaban haciendo por él, les contó que el día que había llegado a Madrid, una gitanilla al verle le había dicho, en la explanada de la Catedral, que debía comer más, dormir más y vestirse mejor, y todo ello se estaba cumpliendo.
El viernes 15 nos dirigimos a Burgos, donde Serafín Tapia y el padre Ignacio Trillo se ofrecieron a organizar dos actos. El primero de ellos consistió en un encuentro con universitarios burgaleses en la Escuela Politécnica, y el segundo, tuvo lugar en los salones de la Caja del Círculo Católico. En ambos casos se hizo patente el gran interés mostrado hacia una realidad tan diferente a la nuestra y por la labor abnegada de los misioneros en los Países del Este.
Decidimos hacer noche en Burgos con el fin de que al día siguiente el padre pudiera ver, aunque fuera un poco de prisa, su bella Catedral.
Antes de dirigirnos a Valladolid, donde estaba teniendo lugar el Encuentro de Voluntarios de GAM-Tepeyac, desayunamos en el Hogar con los juveniles de Burgos, momento que ilusionó enormemente al padre, al ver un grupo nutrido de chavales alegres y sanos. Aunque la visita a Valladolid fue breve por la premura del tiempo, el padre pudo conocer a un nutrido grupo de chicos y chicas que participan en labores de voluntariado dentro y fuera de Espana. Agradeció el apoyo humano y económico que le estaba proporcionando GAM-Tepeyac y, como ejemplo de este apoyo, comentó que gracias al último donativo recibido de la misma han podido continuar la celebración de las Eucaristías y otros actos religiosos en la ciudad de Volgadonsk, ya que ni la comunidad católica de la ciudad (que son personas de descencencia germana) ni el padre, disponían de dinero para sufragar los gastos de alquiler del local donde se reunían. En la homilía de la Eucaristía nos mostró la necesidad que tiene Rusia de laicos y sacerdotes occidentales, pues allí acuden numerosas personas de otras religiones y sectas, y éstas últimas están haciendo mucho dano, pero tristemente no se puede decir lo mismo de los católicos, por lo que nos invitaba y animaba a ello, para ser así capaces de entender una realidad tan distinta a la nuestra.
Una de las anécdotas curiosas que nos ocurrió tuvo lugar en Valladolid, cuando, por casualidad, un senor que había acudido el día anterior al acto que tuvimos en Burgos, nos le encontramos de nuevo y se dirigía a entregar una televisíón a una obra de beneficiencia, y al encontrarnos se lo dio al padre, y le dio el dinero suficiente para que pudiera comprar un video, para que sus fieles tuvieran los medios para ver películas formativas y religiosas.
El último día, el domingo 17, los voluntarios de GAM-Tepeyac que hemos estado en Rusia, nos reunimos para celebrar juntos con el padre Jaroslav la Eucaristía, momento que fue muy especial para todos.
Después nos dirigimos a la parroquia de S. Isidoro y S. Pedro Claver donde los Hogares de Santa María (a quienes agradecemos toda su ayuda humana y económica dispensada una vez más) nos invitaron, momento especialmente emocionante para muchos de los asistentes.
Tras la comida nos dirigimos a la Estación Sur de Autobuses para despedirle. Fue curioso observar cómo habiendo llegado el padre, que llegaba hacía una semana con un bolsa pequena como equipaje se volvía cargado con multitud de cosas que le había ido dando la gente: desde productos y medicinas de primera necesidad que no se pueden conseguir normalmente en Rusia, pasando por dos abrigos que le dieron para el gélido frío de las estepas rusas, y hasta un belén que le hizo Conchi (una chica de GAM-Tepeyac) ya que no disponían de ninguno para poner durante la Navidad en sus parroquias. También se ha podido llevar una veintena de audífonos que se han conseguido recoger hasta la fecha a través de la Asociación de Padres y Amigos de los Sordos (ASPAS), cuyo destino es un centro infantil de disminuídos.
Durante la despedida nuestros rostros mostraban alegría porque podíamos ver que el padre Jaroslav que había venido un poco apocado y cansado, se iba con una gran sonrisa y con nuevas energías para continuar con su tarea misionera. Volvía a Rusia para preparar la visita de la imagen peregrina de Fátima, que después de bendecir con su presencia varias parroquias, culminó la visita con la consagración de Rusia a su Inmaculado Corazón en la Plaza Roja de Moscú, cumpliendo así con el deseo expresado por la Virgen en Fátima hace casi 80 anos.
Estos días han vuelto a suponer para cada uno de nosotros una experiencia excepcional, igual que las vividas en veranos anteriores, pues el convivir con el padre supone todo un aldabonazo en nuestro intento de vivir como cristianos comprometidos, dado que irradia una fe inmensa, una confianza inagotable en el ser humano y muchas ganas de trabajar por los demás y por Cristo.