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"CON NUESTRO ANDAR HABLAMOS"
(GAM-RUSIA: UN ANO DESPUÉS)


Seis universitarios han participado durante el mes de julio de un proyecto misionero que pretende contribuir, en la medida de sus posibilidades, al nacimiento de la Iglesia Católica en varias ciudades del sur de Rusia, continuando de esta forma con la labor iniciada el verano pasado. Con estilo ágil nos narran sus vivencias.

Este verano hemos continuado con la actividad emprendida el ano pasado en Rusia, ayudando en el trabajo que tiene el padre Jaroslav en diferentes parroquias del sur del país.

En esta ocasión, y gracias a la experiencia adquirida el ano anterior, los temores eran mucho menores que la ilusión que se había ido forjando en nosotros durante el curso.

Nada más llegar a Rostov, fuimos testigos de los cambios significativos que se han producido a lo largo de este ano en la vida de la parroquia y en la vida del padre Jaroslav y de las hermanas. En el invierno pasado, fue destinado a las parroquias de Rostov y de Novocherkassk, un sacerdote salesiano polaco, el padre Eduardo. Desde entonces, el P. Jaroslav tiene a su cargo "solamente" las parroquias de Bataisk, ciudad donde vive, Taganrog y Elista, capital de la República Autónoma de Calmucos, en el sureste de Rusia, comunidad católica creada a finales de este invierno.

A consecuencia del incremento, lento pero firme, que se está produciendo en el número de fieles, durante la primavera pasada se construyó con el apoyo económico de "Ayuda a la Iglesia Necesitada" una iglesia-capilla de madera con capacidad para unas 45 personas, iglesia que sustituye a la sala de exposiciones en la que se celebraba misa anteriormente.

En Novocherkassk, en estos días, y tras varios meses de trabajo, han ganado el contencioso que había entre católicos y el Instituto Politécnico de la ciudad, a quien pertenecía anteriormente el edificio en el que estuvo ubicada la iglesia católica antes de la Revolución de 1917, hoy, una carpintería abandonada. En Taganrog se sigue celebrando la Eucaristía en la casa-museo de la familia Tchaikovsky.

Al ser en esta ocasión un mayor número de muchachos, hemos funcionado en dos grupos diferentes constituido cada uno de ellos, según las circunstancias, de dos a cuatro personas, que ibamos rotando de grupo.

Un grupo ayudaba a las hermanas en las tareas domésticas de limpieza, cocina, etc.; trabajos manuales; traducciones del espanol al inglés y al francés de algunos artículos que necesitaba el padre; cortar formas para misa a partir de tiras de oblea; escribir trabajos a máquina; hacer copias con la multicopista.

Mientras un grupo estaba trabajando en casa, el otro ayudaba al padre en sus continuos desplazamientos. Unas veces tenía que ir a celebrar misa a Taganrog o a Elista, viajes que se aprovechaban también para rezar el rosario mientras el padre confesaba.

En otras ocasiones teníamos que ir a diferentes pueblos y pequenas ciudades, como fue el caso de Tijoretskaya, Kagalnitskaya, Proletarsky o Kushchovka, con la finalidad de realizar los trámites legales para poder iniciar comunidades católicas en estos lugares. En primer lugar, nos dirigíamos al ayuntamiento de la localidad para explicar a los responsables qué es el Catolicismo, qué hace un sacerdote católico, y exponerles que deseábamos obtener el permiso legal para crear una comunidad católica (para lo cual era necesario que la comunidad esté formada como mínimo por una docena de personas). Posteriormente nos dirigíamos al censo con el fin de hacer un cálculo del porcentaje de la población de procedencia polaca, alemana, armenia, ucraniana o bielorrusa, pues son los pueblos con más tradición cristiana. A continuación poníamos un anuncio en el periódico local, anuncio en el que el padre se daba a conocer y animaba a los cristianos a que se pusiesen en contacto con él con el fin de crear una comunidad cristiana en la ciudad.

Este trabajo es más fructífero cuando, por casualidad, el padre se cruza en la calle con algún cristiano, como nos ocurrió en Proletarski. Mijail, un hombre de padre alemán y madre polaca, se comprometió a formar allí la comunidad cristiana. Algo parecido nos ocurrió en Elista. Una senora mayor nos paró en la calle y el padre le estuvo informando que en esos momentos celebraban la misa en el teatro de la ciudad (cuando empezó a ir el padre a Elista la misa se celebraba en casa de una familia), y que quedaba invitada. La senora rogó al padre que rezase por ella pues se encontraba enferma. Antes de despedirnos le entregó al padre todo lo que llevaba consigo: un ramo de flores y una cacerola.

En las ciudades que todavía no se ha podido legalizar la comunidad cristiana, aunque sí se ha contactado ya con algún cristiano, se celebra misa en la casa de alguna de éstas. En Kushchovka tuvimos la ocasión de vivir una experiencia de este tipo, que nos retrotrajo inmediatamente a las primeras comunidades cristianas. Fuimos a casa de una familia alemana para tener la Eucaristía. Mientras el padre confesaba en una habitación, en el comedor, donde después íbamos a tener la Eucaristía, una docena de personas rezamos el rosario después de que la hermana Paula había explicado qué era el rosario y cómo se rezaba. A las 11,15h. de la noche daba comienzo la misa.

Otro de los viajes tenía como destino Rossha, ciudad donde estuvimos ya el ano pasado, con el objetivo de intentar conseguir algún tipo de ayuda de la División Alpina del Ejército Italiano, que en el mes de julio finalizaban la construcción del orfanato. Después de torcerse bastante las cosas se consiguió que enviasen un camión a Bataisk con maquinaria y algo de material para la construcción de la iglesia de Rostov.

En ocasiones nuestros viajes tenían una finalidad cultural. Nos entrevistamos con el Vicerrector del Instituto Politécnico de Novocherkassk y con el Rector de la Universidad de Elista. En esta última ciudad, tras dos viajes anteriores fallidos, tuvimos también una entrevista con el Primer Ministro de la República Autónoma de Calmucos, hermano del Presidente de la República, con el que inicialmente estaba prevista la entrevista y que no se pudo llevar a cabo por encontrarse en el extranjero. La finalidad era entablar lazos de amistad entre la Iglesia Católica y las Autoridades de la República, y hablar sobre posibles proyectos culturales y de ayuda social para llevar a cabo en el futuro.

Posteriormente nos entrevistamos con la Responsable de Política Social de la República, que también es Primer Teniente de Alcalde de Elista, encuentro al que acudió también un par de periodistas y una cámara de TV. Las periodistas nos preguntaron con curiosidad por el motivo de nuestra estancia en Rusia, sobre nuestras vidas, sobre el sistema educativo espanol,...

Posteriormente la Teniente de Alcalde nos ensenó diversos centros sociales: una guardería dedicada exclusivamente para ninos y ninas calmucos; un centro de rehabilitación de disminuidos físicos y otro de disminuidos psíquicos. El panorama era doblemente desolador: por la situación personal en que se encontraba cada chaval, y por otra parte, por la carencia de medios para su cuidado y tratamiento.

Nuestra visita supuso para esos chavales unos instantes de alegría y una forma de salir de la monotonía. Cuando nos acercábamos a ellos para saludarlos y acariciarlos, se ponían muy contentos. Por el rostro del padre y por la forma en que abrazaba a los chavales se adivinaba una total identificación con ellos.

El día nos pareció bastante fructífero. La Iglesia Católica tiene grandes esperanzas depositadas en esa región, pues, al menos por el momento, su Presidente muestra un gran respeto y apoyo por las diferentes religiones. Ha contribuido económicamente en la construcción de un templo budista y de uno ortodoxo, y ha mantenido en este ano una entrevista con Juan Pablo II y con el Dalai Lama.

EL TRABAJO EN FAVOR DEL ECUMENISMO

Uno de los aspectos con el que el padre está volcado es el trabajo para obtener buenas relaciones con otras religiones: ortodoxos, budistas, protestantes. Lucha denodadamente porque algún día existan relaciones de fraternidad y de cooperación entre las religiones que conviven en Rusia. Y en este ámbito nosotros jugamos un papel importante. En muchas ocasiones, especialmente, en el caso de los sacerdotes ortodoxos, a través de nosotros es el único modo de entablar un diálogo con ellos, pues en la actualidad las relaciones entre la jerarquía ortodoxa y los católicos no son precisamente buenas. En las visitas que hemos realizado a diferentes parroquias ortodoxas, los sacerdotes nos han recibido fríamente e incluso con cierto temor, debido al miedo que tienen de que a su obispo lleguen noticias diciendo que tienen contactos con un sacerdote católico, y tome represalias.

El padre ve con gran agrado la medida adoptada por la Iglesia Católica de apoyar económicamente a los sacerdotes ortodoxos. Esta idea ha partido de la generosidad de un conjunto de parroquias italianas, cada una de las cuales se ha comprometido a enviar periódicamente una cantidad de dinero a un sacerdote ortodoxo ruso, y así ellos puedan dedicarse plenamente a sus quehaceres pastorales, sin tener que verse en la necesidad de trabajar en otra profesión, pues los sacerdotes ortodoxos tienen familias que mantener.

TESTIMONIO DE VIDA

Nos pidieron en diferentes ocasiones que hablásemos (en inglés, que el padre traducía al ruso) sobre diferentes aspectos de nuestra vida. En diferentes ocasiones explicamos lo qué es y las actividades que tenemos en la Milicia; hablamos acerca de nuestro trabajo en la Universidad y sobre el funcionamiento de los grupos cristianos; sobre los Ejercicios Espirituales. José Antonio comentó la experiencia que supuso para nosotros el Encuentro Mundial de la Juventud de Santiago de Compostela de 1989 e hizo una síntesis de la vida de S. Ignacio de Loyola; Carlos, un seminarista, habló sobre la vocación e hizo hincapié en que no debemos tener miedo de lo que el Senor quiera de nosotros; etc.

Se organizaron dos vigilias, en Bataisk y en Rostov, dirigidas especialmente a los jóvenes. Comenzaban y terminaban con la Eucaristía a las 9,00h de la noche y 6,00h. de la manana del día siguiente, respectivamente. Rezábamos las tres partes del rosario, teníamos ratos de silencio para orar y también ratos en los que cantábamos canciones religiosas en diferentes idiomas. Cada cierto tiempo había un rato de descanso para comer algo y charlar entre todos.

En tres o cuatro ocasiones estuvimos conviviendo un día o dos con familias de la parroquia. La intención era entablar amistad con las gentes, especialmente con los jóvenes, y a través de nuestro comportamiento mostrarles que lo que el padre les va ensenando humana y espiritualmente, los jóvenes católicos occidentales también lo viven. El que no tomemos drogas, no fumemos o no nos emborrachemos, etc., es de gran ayuda para el trabajo que el padre realiza con sus feligreses. Un ruso, sea joven o adulto, no es capaz de entender su vida sin beber alcohol continuamente. Es triste ver a un padre de familia ensenándonos una botella de vodka vacía para decirnos orgullosamente, y riéndose, que su hijo y un par de amigos se han bebido la noche anterior en una fiesta doce como ésa.

La experiencia de vivir con las familias nos resultaba en ocasiones difícil porque, si no conocían otro idioma que no fuese el ruso, la comunicación se tenía que limitar a la mímica.

Durante los últimos días de nuestra estancia en Rostov, participamos directamente de la alegría que supone que una persona empiece a formar parte de la Iglesia de Cristo. Una chica de 12 anos quería bautizarse, pero su padre estaba fuera del país y no estaba bautizado, por lo que uno de nosotros, José Antonio, y con la aprobación de su padre, fue el padrino en el bautizo. La muchacha y su familia estaban desbordantes de alegría.

EL CONTACTO PERSONAL CON RUSOS

Ha sido aleccionador para nosotros el haber tenido la oportunidad de conocer a personas que han compartido con nosotros sus vivencias, sus inquietudes. Valga como botón de muestra las siguientes anécdotas.

En Elista conocimos a Slava, un hombre que lleva una vida de ermitano. Slava servía en el ejército ruso. Un día por hablar con la sinceridad que suele caracterizar a los calmucos, dijo cosas que no agradaron a sus superiores. Fue enviado a un gulag en Siberia. Cuando le pusieron en libertad decidió dedicar el resto de su vida a buscar la Verdad. Vive en una casita a base de pan, agua y poco más. Durante los anos que lleva viviendo así, nunca le ha faltado qué comer. Va adquiriendo conocimientos de idiomas, hasta la fecha una veintena, por medio del estudio de la Biblia en esas lenguas. Slava, aunque acude a misa y tiene una gran amistad con el padre Jaroslav, dice no pertenecer a ninguna religión en particular. Su forma de ser muestra un recogimiento y una paz interior que llama la atención.

En Rostov visitamos a Natascha Maximovna, una senora de 80 anos y colaboradora de la parroquia. Su casa básicamente consiste en una habitación. Las condiciones de vida son deficientes. Por doquier se veían hormigas, chinches...incluso en el té y en las pastas que nos ofreció con tanto carino.

Natascha es descendiente lejano del Gengis Kan y princesa de Crimea. Con el estallido de la Revolución de 1917 parte de su familia huyó a Francia. Durante la Segunda Guerra Mundial estuvo participando en la defensa de Leningrado del asedio nazi. Contrajo matrimonio con un oficial mongol del ejército ruso, que era piloto de aviación, al igual que el hijo de Stalin, de quien era companero. La propaganda oficial decía que el hijo de Stalin era el mejor piloto, afirmación con la que no estaba deacuerdo el marido de Natacha. Ese desacuerdo llegó a oídos de los altos cargos del PCUS y le enviaron a un gulag. Pero era costumbre en la época estalinista que el castigo se hiciese extensible a toda la familia del condenado, con el fin de que sirviese de escarmiento para la gente. Por tanto, Natascha fue confinada en otro gulag en Siberia, donde el hijo, primero y único, que llevaba en sus entranas murió. Estaban condenados a 25 anos de prisión. Transcurridos 6 anos, en 1956, llega a la dirección del PCUS Jruschev, y con los nuevos aires que introduce en la política soviética, indulta a todos los presos políticos del estalinismo. Natacha nada más salir de prisión se dedica a buscar a su marido, del que no había tenido ninguna noticia. Transcurrido un tiempo llegó a ella una carta en la que le indicaban que había muerto en un campo de concentración. Actualmente vive de lo que gana dando clases particulares de inglés, latín y francés.

Tras una vida llega de penurias, Natascha muestra en todo momento una serenidad que sólo se puede entender a la luz de la fe. Seguro que el Senor le tiene reservado un "trono" en la vida eterna.

UNAS VIDAS DEDICADAS ENTERAMENTE A LOS DEMÁS

En los momentos en que las fuerzas empezaban a faltar por el cansancio o por las condiciones de vida, el ejemplo continuo que teníamos en las vidas del padre y las hermanas nos servía de aliento para superar con alegría esos pequenos inconvenientes.

Buena parte de la vida del padre transcurre en el tren y en el autobús, en cuyos incómodos asientos pasa muchas veces las pocas horas que tiene para dormir. El viaje a Elista, por ejemplo, suponen 12 horas por cada trayecto, teniendo incluso en ocasiones que pasar de esas horas una o dos de pie, a la espera de que alguien se baje.

El 20 de julio se cumplían dos anos de la llegada del padre y las hermanas a Rusia. Por la manana, el padre se quemó la cara con la caldera de gas del agua caliente. Tenía un estado febril y la cara estaba con ampollas. A pesar de las condiciones en que se encontraba, del calor que hacía y de las pésimas condiciones higiénicas que tenía el tren, hicimos el viaje que teníamos proyectado realizar a Elista, uno de los dos viajes que resultaron fallidos, para entrevistarnos con el presidente de la República.

Hay que estar "empapados de Dios", como lo están las personas que entregan sus vidas a los demás lejos de sus hogares, para aceptar serenamente el desprecio que en muchas ocasiones muestran las personas hacia el padre y las hermanas. Cuando preguntan el horario de un autobús o tren, cuando tratan de parar un autobús para subir, o cuando necesitan comprar algo, no es raro que las personas les ignoren.

Otro de sus calvarios son los cosacos. En una de nuestras esperas en una estación de tren, se le acercaron dos cosacos ebrios y le pidieron dinero para vodka. La cosa no pasó a mayores gracias a que se personó un joven policía, al que el padre le agradeció su ayuda.

No obstante, de vez en cuando también tienen experiencias que les alegran el corazón: un joven que va a iniciar el servicio militar y le pide que le dé la bendición; una senora enferma que le pide en la calle que le dé la bendición y rece por ella, o una senora que se acerca a la hermana Paula y llorando busca consuelo en ella porque está buscando algo o a Alguien y no sabe lo que es.

Posiblemente, las dos mayores alegrías que el padre ha tenido últimamente se llamaban Alexander y Rusland, dos adolescentes cuyos familiares son comunistas. Un día se acercaron al padre y le pidieron que les hablase de la religión. Actualmente colaboran con la parroquia de Bataisk y se están preparando para ingresar en el seminario.

El incansable caminar del padre y las hermanas con la sotana y los hábitos por los pueblos y ciudades del sur de Rusia se convierte en un testimonio continuo. En palabras del padre: "nosotros vamos andando y con nuestro andar hablamos".

 

Enrique Sánchez Solano